Daniel Aguilar Ruvalcaba
Tres ligeras consideraciones sobre arte, dinero y nación
8 de diciembre, 2016. 19:hrs
Parallel /// Oaxaca, Ciudad de México

(LIQUIDEZ)

desde el guiño surcoreano de la duodécima y

la séptima letra del alfabeto latino,

desde la sirena que con una cola siembra responsabilidad social

y con la otra trafica con lo café del café,

desde el canto privado de los pájaros propietarios

mientras surfean en los mantos acuíferos,

desde el dolor de cabeza

y la cirrosis en el OXXO,

desde el águila americana que reposa su sombra en los pechos baleados

del proletariado gore.

5 liquideces cercadas por nopales y espinas magnéticas,

aguantando el desplome

—como sanguijuela que halla una estalactita de sangre en una catarata—

enganchadas a un volátil testículo de yeso estatal

administrador de fondos monetarios interdimensionales,

que desde el techo distribuye pepitas de testosterona,

humedad en polvo,

a las economías en vías de desarrollo

dependientes en el espacio y tiempo aire curvilíneo

orientación relativa del mexicano

—contemporáneo a todos los tipos de cambio—

que mira un águila y sabe que tiene que vivir su vida,

que mira una serpiente y sabe que sin corazón, solo sería máquina,

que mira un peso y sabe que no pesa y aún así lo pesa

 

(VOLATILIDAD)

si Newton estaba en lo correcto,

esos nopales y espinas

caen libremente

sobre la perspectiva poliangular de un mural impreso

con tarjeta de crédito nacional que circula y flota

libre para elegir todos los puntos de fuga

de los poros de la horrible cara de Milton Friedman,

sus puntos negros de fuga, apuntan,

dibujan en el horizonte un nuevo liberalismo económico,

un folclor mexicano postnacional:

la puesta de sol sobre la lata de leche Nido

en el pueblo mágico de Pedro Páramo y James Bond

4 labios impresos por Grijalbo desde hace más de 30 años,

4 labios:

los dos de Friedman y los dos de su esposa Rose

—que descansan varonilmente en la nuca de cacahuate del economista—

esos 4 labios

—cual desregulada rosa de los vientos—

soplan la quinta etapa del muralismo

que oscila al compás de la inflación de sus pulmones

conectados a una máquina de oxígeno en los Alpes suizos

para prolongar el efecto Grand Theft Auto

de la arquitectura más vernácula que es el dinero

 

(PRECIEPTO)

ese mismo aire transnacional

del privado hocico de los Chicago Boys

vaporiza

integraciones plásticas

las desintegra, por ejemplo,

el Étant donnés anticipado por Frida Kahlo y

el trasnochado Desnudo bajando una escalera de Diego Rivera

tales cuerpos no rasgan las nubes

aunque inflen sus venas con helio,

el Banco de México es un flujo pesado

que atraviesa y cerca el corazón,

como laca de ASPIRINA PROTECT®

baña las pinturas de caballete de Kahlo y Rivera

y el flujo, arritmia cardiaca, sudor y sentimiento

administra la expresión del peso

—en pesos— de su propia imagen,

A I [y aquí (en el corchete del paréntesis que da aire a una imagen) el precio no es concepto, es experiencia sensible, específica y concreta, un percepto] R E

dando resolución HD al marco legal de una imagen,

—y no a la imagen enmarcada—

en tanto a la debilidad de atracción de sus píxeles hacia la Tierra

y la discapacidad visual de la subsunción real

al valor de cambio gravitacional de sus fotones.

 

***

 

La exposición de Daniel Aguilar Ruvalcaba en Parallel Oaxaca en la Ciudad de México, muestra tres propuestas artísticas que exploran la emisión de moneda, la reproducción de imágenes del Fideicomiso Diego Rivera y Frida Kahlo y el arte moderno mexicano como mito de unificación nacional.

 

Las obras presentes en la exposición articulan una narrativa fragmentaria e indisciplinaria del neoliberalismo en México como proyecto sensible. Empatando dos nociones surgidas durante la década del 70, por un lado la demanda principal de la economía neoliberal de la “desregulación” estatal de los mercados y por otro la toma de conciencia de la “desmaterialización del arte” en las prácticas conceptuales y minimalistas; la exhibición de Aguilar Ruvalcaba "Tres ligeras consideraciones sobre dinero, arte y nación" reflexiona los impactos materiales de la desmaterialización neoliberal en el arte, el dinero y la nación.

 

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Daniel Aguilar Ruvalcaba (León, 1988). Patafísico. Actualmente vive y trabaja en la Ciudad de México. Cursó estudios en el programa educativo de SOMA y es fundador y miembro activo de Biquini Wax EPS. Además ha colaborado con textos para revistas como La Tempestad, Horizontal, El blog de crítica, Arquine, etc. Ha exhibido su trabajo en la galería kurimanzutto, en el Museo Universitario del Chopo, la Sala de Arte Público Siqueiros y Ladrón Galeria. Participó como ponente en la XIII edición del SITAC.

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